Cerveja entre amigos

Texto concebido em Campinas [SP/BRA] set./2003

Argollo Ferrão, A. M. de (2003). Cerveja entre amigos [web]. Disponível em <http://argollo.org/tri/tri1/tri1-22/>.

ISBN 978-85-908725-1-1 / Publicado em 2008

Argollo, A. (2008). Cerveja entre amigos. In A. M. de Argollo Ferrão (Ed.). Ver a Cidade (pp. 24-25). Campinas [SP/BRA]: O Autor.

ISBN 978-84-936996-0-4 / Traduzido para o espanhol e publicado em 2009

Argollo, A. (2009). Cerveza entre amigos. En A. Argollo. Ver la Ciudad. Un guión poético con ojos de veracidad (p. 32) (Colección Caravasar) (M. A. Suárez Escobio, Trad.). Gijón [Asturias/ESP]: CICEES. (Original en portugués publicado en 2008).

 Cerveja entre amigos

Há comportamentos em nosso cotidiano que muitas vezes passam desapercebidos. Incorporados ao nosso jeito de agir, transformam-se em verdadeiros rituais. Por exemplo, o ato de beber cerveja numa roda de amigos. Há sempre um que enche o copo dos demais: já sabe quem gosta e quem não gosta de muita espuma; e se não sabe, faz questão de perguntar antes de servir. Há sempre um que enche o copo dos demais… (e outro que enche o saco dos demais). Há sempre um que pede um aperitivo para acompanhar, e outro que reclama dizendo que é besteira: − “nós viemos aqui pra beber ou pra conversar?” (…) Mas a conversa é indispensável. Há sempre um que arranca o rótulo das garrafas, e outro que entorta as tampinhas. Há sempre aquele que acha que entende de cerveja e surge com as mais loucas curiosidades a respeito do sagrado líquido. Sagrado sim, porque o povo adora cerveja. Numa roda de amigos ela é o denominador comum. Na mesa pode haver pessoas com opiniões divergentes mas, invariavelmente, ao chegarem a uma conclusão (ou não…), param a discussão e brindam à reunião. Cerveja entre amigos, gente do bem, traz paz, satisfaz e faz muito mais: une casais, filhos e pais, transforma rivais em seres astrais. Garçom, por favor, desce mais.

Cerveza entre amigos

Hay comportamientos en nuestra vida cotidiana que muchas veces nos pasan desapercebidos.  Incorporados a nuestra manera de actuar, se transforman en verdaderos rituales. Por ejemplo, el acto de beber cerveza con una pandilla de amigos. Siempre hay uno que llena los vasos de los demás: ya sabe a quien le gusta y a quien no le gusta con mucha espuma; y, si no lo sabe, se molesta en preguntar antes de servir. Siempre hay uno que llena el vaso de los demás… (y les colma la paciencia). Siempre hay uno que pide un aperitivo para acompañar, y otro que protesta diciendo que es una tontería: − “¿vinimos aquí para beber o para charlar?” (…) Pero la conversación es indispensable. Siempre hay uno que arranca la pegatina de las botellas, y otro que dobla las chapas. Siempre hay uno que cree que sabe de cerveza y surge con las más locas curiosidades sobre el líquido sagrado. Sagrado, sí, porque el pueblo adora la cerveza. En un grupo de amigos ella es el denominador común. En la mesa puede haber personas con opiniones divergentes pero, invariablemente, all llegar a una conclusión (o no…), detienen la discusión y brindan por la reunión. Cerveza entre amigos, gente de bien, trae paz, satisface y hace mucho más: une parejas, hijos y padres, transforma rivales en seres espirituales. Camarero, otra por favor.